sábado, 20 de julio de 2013

El cigarro como paradoja del amor.

Podría resumir todo el fuego de esto en un cigarro. Una calada tras otra hasta que se consume, hasta que se te pasan las ganas de más, hasta que te ahogas y quieres agua.
La primera calada te destruye por dentro, te mata, te ahoga, pero quieres más y más y más. Y al final te has vuelto un adicto. Te enganchas y no puedes parar. Y haces todo. Lo das todo. Uno tras otro, sin parar, días y días y días. Hasta que te preguntas para qué seguir, para qué continuar, para qué todo esto. Pero ya no lo puedes dejar, y sigues con ello. Hasta que te mata, el día en que o abandonas tu, o te abandonas a ti mismo. Y el último en elegir sé queda sin más caladas.
Aunque resumir todo lo nuestro en un cigarro, sea demasiado sucio, vacío y poco romántico. Lo siento, pero jamás supe escribir bien.




No hay comentarios:

Publicar un comentario